“Asistencia Odontológica Humanitaria en Senegal”

En medio del calor sofocante de la región de Kedougou, Senegal, empezó para mí la verdadera aventura con Acción Senegal. Tras varios días en ruta, aquí, en la aldea remota de Dimboli, comenzó nuestra misión odontológica, una experiencia que cambiaría mi perspectiva para siempre.

Unidos en esta causa yo y mis 8 colegas, entre ellos Geles, médico de familia, y Mireia, otra odontóloga y amiga, ofrecimos atención dental gratuita durante 4 días.

Operando en condiciones extremas, con temperaturas que rozaban los 40 grados y sin equipos básicos de un consultorio dental, nuestro equipo se adaptó rápidamente. A pesar de la barrera del idioma, la falta de aspiración y de iluminación adecuada, nos centramos en brindar la mejor atención posible.

En este escenario, quiero destacar la gratitud de los pacientes, infinita, recordándonos la importancia de nuestra intervención en un entorno donde la atención dental es un lujo.

Atendimos mas de 130 pacientes, realizando en promedio de 3 a 5 extracciones por persona. Debido a la alta demanda, decidimos establecer ese límite. En total, alrededor de 500 exodoncias. Estas cifras no solo reflejan la magnitud de la necesidad, sino también la diferencia que podemos hacer.

Quiero expresar mi profundo agradecimiento a mis compañeras Mireia, Geles y Jeanne D’arc, por compartir conmigo esta experiencia y ayudarnos mutuamente. Ha sido difícil superar y sobrellevar el shock emocional, de ver el estado de salud bucodental precario de niños y adolescentes, no poder reconstruir un diente con posibilidades de ser salvado y de saber que si no hacíamos lo que podíamos en esos momentos, nadie más lo haría.

Nos marchamos de Senegal con un sueño, ambicioso, pero posible: establecer una clínica odontológica móvil. Un espacio donde no solo se realicen extracciones, sino también tratamientos conservadores como obturaciones y limpiezas.

En paralelo, planteamos diseñar un plan de educación bucodental con foco en las escuelas. La prevención siempre ha sido el tratamiento de elección, y la transmisión de conocimientos en salud bucodental, es una inversión a largo plazo en la salud de estas comunidades.

Personalmente, esta experiencia ha sido reveladora. Ha fortalecido mi aprecio por amigos y familia, la profesión que he escogido, y me ha hecho reflexionar sobre la suerte que he tenido de haber nacido en un entorno privilegiado.

Por todo eso, me siento en deuda con esta asociación, y con este país. Quiero contribuir a mejorar las condiciones de aquellos que no comparten nuestra fortuna. Les invito a considerar cómo pueden ayudar, ya sea donando, ofreciéndose como voluntarios o simplemente compartiendo nuestra historia.

Núria Molina Garcia